Ntro. Padre Jesús Nazareno

En 1941 la Hermandad consideró como objetivo prioritario hacer una nueva Imagen Titular para nuestra Cofradía.

Tras los disturbios acaecidos en nuestra ciudad el 22 de julio de 1936 y muy especialmente en nuestra sede canónica la Iglesia de Santa Mª Magdalena, que ocasionaron la destrucción total de nuestro altar, con la consiguiente pérdida de nuestras antiguas y queridas Imágenes Titulares. La Junta Directiva de la hermandad, en aquellos momentos de extremada crisis y con escasos recursos, movida por el amor a sus titulares y la necesidad de restituir su culto, decidió en un principio de manera provisional, adaptar una vieja figura que habían conseguido de un Cristo Cautivo, para que llevase la cruz y suplir a la primitiva y desaparecida efigie de Ntro. Padre Jesús Nazareno.

Después de unos años de provisionalidad e insatisfechos con esta talla, decidieron encargar una nueva imagen.

Para abanderar el deseado y soñado proyecto se designó a una Comisión de hermanos que durante un año, a pesar de las penurias económicas, con voluntad, perseverancia y ejemplar seña de Hermandad, supieron aprovechar toda la colaboración y solidaridad de hermanos y bienhechores hasta lograr el objetivo anhelado. De este modo pudieron conseguir el peculio necesario, cuatro mil pesetas, para costear la hechura de la nueva imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno.

Para buscar un escultor que pudiera ejecutarla, el día 16 de enero de 1942, contactaron con el Excmo. Sr. Don José Hernández Díaz, Catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla y miembro de la Comisión Diocesana de Arte, éste, les asesoró y recomendó para tan digna labor al insigne imaginero sevillano Don José Rivera García. Él se dignó personalmente acompañarles al taller de Rivera, y así, realizar el pertinente contacto para el encargo de la talla. Meses después concluyó la nueva y actual efigie de Nuestro P. Jesús Nazareno, que tras ser recibida por la Hermandad, se bendijo el 2 de Abril de 1942.

“Tras un amplio diálogo entre todos ellos, se realizaron las gestiones para la adquisición de la Imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno. Acto Seguido, D. José Rivera García dijo: Señores, en vuestra Hermandad habéis sufrido la pérdida de la Venerable y Primitiva Imagen de Ntro. P. Jesús. No obstante, quiero que le transmitan a todos los hermanos cofrades de la Hermandad, mi deseo de que la Imagen que yo realice os devuelva toda la devoción que siempre le tuvieron a la Imagen de Ntro. P. Jesús.”1

En el Cabildo General Ordinario del Domingo de Ramos del 17 de marzo de 1942. “A continuación la Comisión a propuesta de su Presidente propuso la disolución de la misma una vez entregada la nueva Imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, acordándose en este sentido. Se acuerda igualmente felicitar al escultor D. José Rivera, por la ejecución de la nueva talla Titular de nuestra Hermandad y a D. José Hernández Díaz, por haber recomendado a dicho escultor.”2

Descripción:

La efigie hecha para vestir en madera policromada, representa a Jesús camino del Calvario. Posee un cuerpo anatomizado y bien modelado aunque no al completo; están talladas pormenorizadamente cabeza y escote, las manos, piernas y pies.

De estilo neobarroco, de una cierta estética manierista, al procurar estabilidad a través de una cierta inestabilidad y alternar rasgos naturalistas con los de filiación manieristas.

Su cuerpo erguido, describe una suave curvatura, mientras la cabeza se ladea levemente hacia la derecha, dotándolo de una sutil sensación dinámica. La pierna izquierda se adelanta flexionando sutilmente la rodilla, trasmitiendo con ello una sensación de movimiento. La cabellera presenta largos mechones ondulados que fluyen levemente y siguiendo la inclinación de la testuz, forman un crecido bucle de cabellos que caen hacia delante sobre el hombro derecho. El rostro, de ojos pintados y matizados, algo almendrados y con un tallado profundo de sus parpados, fijan su mirada hacia abajo, con gruesas cejas, nariz recta, bigote que cubre por completo el labio superior y barba bien poblada, transfiere una mirada serena pero a la vez impregnada del sufrimiento.

“Tanto su factura como su realización responden fielmente a las características de la escuela sevillana. Es la representación del Cristo Divino y terrenal a la vez. El tratamiento del rostro, su expresión dolorosa y comprensiva a par, refleja al Dios no penalizador, capaz de perdonar todas las lacras de los hombres. Todo por su capacidad de sentirse, además de divinidad, hombre que sabe recorrer el camino trazado por su Padre en aras de la redención generosa. Ntro. P. Jesús Nazareno (observado en el gesto de las manos) es a la vez, Dios camino del Calvario y generoso campesino capaz de cultivar un árbol. El cual posteriormente le servirá de símbolo de su propia muerte. En su conjunto, responde al típico arquetipo palestino, Alto, enjuto, de piel aceitunada y pelo oscuro. Muy semejante a los hombres de nuestra Andalucía.” 3

Después de recibir la Imagen en el 1942, la Junta Directiva no satisfecha con la inclinación del torso, estimó necesario que estuviera más erguida de cómo había sido concebida inicialmente por el escultor. Accedió a tal petición, e introdujo en la talla a la altura de la cintura en su parte abdominal una cuña de madera, consiguiendo con ello levantar lo suficiente la posición inicial de la imagen, complaciendo a los directivos con el referido trabajo. Sin embargo, a la larga, esta modificación ocasionó por el contrario, que las manos no quedasen eficientemente ajustadas a la cruz.

Posteriormente en 1974, el entonces Grupo Joven, con el beneplácito de la Junta de Directiva, tuvo la iniciativa de donar unas nuevas manos para la Imagen de Jesús.

Tal cometido le fue encargado al imaginero alcalareño Manuel Pineda Calderón. Fue una de sus últimas realizaciones, pues falleció desgraciadamente en 1975. Desde entonces, estas manos de la Bendita Imagen de Nuestro Padre Jesús son las que habitualmente abrazan su cruz. Las primitivas las conserva con esmero en su domicilio nuestra hermana camarera Doña Amparo de la Peña.

Del Cabildo General Ordinario a 16 de marzo de 1974. “El hermano Gallego Bascón da cuenta de unas memorias y de la labor realizada por el Equipo Juvenil durante el ejercicio anterior, y que han adquirido unas manos nuevas para Nuestro Padre Jesús.”4

Restauración:

Del Cabildo General Extraordinario celebrado el 23 de marzo de 1998. “Ante la inquietud presentada por los priostes, al detectar grietas en la talla de Jesús; principalmente en cintura, tobillos y piernas; se encarga un estudio para valorar el alcance de los mismos. El presupuesto presentado por Miñarro asciende a 1.200.000 pesetas, en el cual se contempla un nuevo estudio radiográfico, fotográfico y de tratamiento de posibles parásitos que viven en la madera. Todos los asistentes aprueban por unanimidad la restauración. Toma la palabra D. Manuel Gallego Lorca solicitando el voto de confianza para que la Junta actue convenientemente, decidiendo el mas adecuado”.5

Del Cabildo de Oficiales a 13 de mayo de 1998. “Al efecto de decidir quien restaurará la Imagen, se expresan opiniones a favor de ambos ( RESSUR, S. L. y D. Juan M. Miñarro López ), acordándose finalmente encargar el trabajo a D. Juan M. Miñarro López”.6

El 17 de septiembre de 1999, con la presencia de ocho miembros de la Junta Directiva, se trasladó la Bendita Imagen al taller del Señor Miñarro, imaginero y restaurador, sito en la calle Viriato en Sevilla. Entre las actuaciones que realizó sobre la imagen, cabe destacar lo siguiente: labró una nueva peana en madera de cedro, para sustituir la primitiva base hecha con madera de baja calidad, poco tallada y muy deteriorada por la carcoma. El trabajo de carpintería estuvo a cargo de Don Francisco Bailac González, ebanista con el cual nuestra Hermandad había concertado unos meses antes la tarea de componer en madera la parihuela, el canasto y respiraderos del nuevo paso de Jesús.

El acoplamiento de la efigie al basamento originario, fue hecho en su día con piezas metálicas que servían de unión, dándole robustez a la misma; sin embargo, con los cambios de temperatura y humedad a lo largo de los años, habían ocasionado tensiones en la madera, que habían deteriorado la talla, apareciendo fisuras y perdidas de su policromía. Este método de fijación en la actualidad está totalmente desaconsejado por imagineros y restauradores, utilizándose para los ensambles rejones o colas de milano realizadas del mismo de tipo madera y nunca con clavos o fijaciones metálicas.

Para subsanar lo anterior, le desclavó tres tornillos, dos que iban desde cada pie hasta casi la rodilla, que hacían de sujeción a la antigua peana y un tercero que sirve para fijar la cruz, sobre el hombro izquierdo donde esta descansa. Este último lo sustituyó por una rosca de acero, embutida y fijada con resinas que minimizar las posibles dilataciones o contracciones de ambos materiales. En dicha rosca va introducido un perno o tornillo del mismo material, que se puede extraer y quitárselo a la talla para actos de cultos en los que no porta la cruz, o para facilitar la labor a la hora de ser vestida la imagen.

En la testuz, les encajó unos casquillos de plata para fijar las potencias, en los mismos orificios en los que habitual y directamente se clavaban sobre la madera las mismas, con el propósito de no dañar la talla al encajárselas asiduamente sobre la cabeza.

Las articulaciones de los brazos estaban muy deterioradas, y fueron sustituidas por otras de bolas, hechas en madera de cedro, consiguiendo con esto una mayor movilidad de las manos y su fijación a la cruz.

Efectuó trabajos de eliminación de las suciedades propias (polvo, humo de la velas, etc.), acumuladas con el transcurso del tiempo, así como de barnices degradados igualmente. Hizo tratamientos específicos y preventivos a la madera, contra ataques de ácaros, hongos e insectos, restituyó la policromía en lugares muy concretos, donde en parte, se había perdido o deteriorado por el roce.

Para terminar comentar que aprovechamos la ocasión que nos deparó la restauración, para restaurar también las primitivas manos de la Imagen, destacándonos su hechura y cualidades artísticas, distintas a las actuales del imaginero Pineda Calderón.

Tras culminar la restauración de la Bendita Imagen de Nuestro Nazareno, en Febrero de 1999, se trasladó de nuevo a nuestro Templo Parroquial. En aquella ocasión, por el regreso de la Imagen y buen término del referido trabajo, se celebró Misa en acción de gracias y Solemne Besapiés. Durante estos actos, después de veinticinco años, agradecimos poder ver a N. Padre Jesús, luciendo sus primitivas manos.

Donaciones de Sangre Año 2021

A causa del COVID 19, el lugar de las donaciones será en el Antiguo Bodegón – Plaza Vieja.

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