De la primitiva talla de la Verónica tenemos constancia de su hechura, por sendos asientos contables del antiguo libro de actas y cuentas. “Cabildo 1816. Es data Seiscientos cincuenta y dos que costó la Verónica…..652 reales. Es data ochenta y un reales que costaron los Rostros para la Verónica …..81 reales”5.
Esta antigua talla de la Verónica, tuvo el mismo destino que nuestras imágenes titulares, desapareció pasto de las llamas en el incendio de nuestro altar parroquial, en los desgraciados actos impíos acaecidos en julio de 1936. Esta circunstancia, motivó que se movilizaran los hermanos y crearan una comisión, cuyo mero fin fue el reemplazar las sagradas imágenes perdidas. En sus primeras decisiones, acuerdan en el año 1937 realizar el encargo de una nueva talla de la Virgen, al escultor catalán afincado en Sevilla D. Modesto Gené Roig. Pactándose por su hechura la cantidad de setecientas pesetas. Una vez terminada su talla la entregó en marzo del siguiente año.
Desde el año 1938 hasta 1943, salió como Dolorosa en la procesión supliendo a nuestra antigua Virgen. Al año siguiente comenzó a salir como Santa Mujer Verónica en su paso procesional hasta 1956, ostentando dicha advocación hasta nuestros días.
Fue restaurada por el escultor sevillano José Navarro en el 1953. Ese año se realizaron sendos pasos para San Juan y la Santa Mujer Verónica.
Desde tiempo inmemorial, ambas efigies sobre sus andas, han formado parte del cortejo procesional de nuestra Cofradía.
Esta tradición perduro hasta el año 1956, fecha, en que se suprimió el ancestral Sermón de la Pasión, que se realizaba todos los Viernes Santos por la mañana en la plaza de La Corredera, antes de que se formarse e iniciase la procesión anual. Ese mismo año se cambió el tradicional horario de salida de la cofradía, de las cinco y media de la mañana, por el nuevo de las dos de la madrugada.
